«FOBO: El miedo a quedarse atrás en la era de la inteligencia artificial»

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Este año, en el Foro Económico Mundial de Davos, una palabra flotaba en el ambiente: FOBO, o miedo a quedarse obsoleto. En otras palabras, el temor a no estar preparado para los cambios que trae la inteligencia artificial (IA), y a quedarse fuera del mundo laboral o empresarial.

Uno de los momentos más comentados fue cuando Marc Benioff, CEO de Salesforce, preguntó: “¿La inteligencia artificial debería ser un derecho humano básico?” Más allá del debate, la pregunta refleja lo profunda que se está volviendo la presencia de la IA en nuestras vidas.

Una de las ideas más sorprendentes fue el papel de los agentes de IA. Estos no son robots con forma humana, sino programas avanzados que pueden pensar, tomar decisiones y trabajar junto a nosotros, como si fueran compañeros de equipo. Ya no se trata solo de herramientas que usamos: van a formar parte de nuestras plantillas, y eso cambia las reglas del juego.

Entre los impactos positivos, destaca la posibilidad de hacer el trabajo más fácil y rápido, automatizando tareas repetitivas y permitiéndonos centrarnos en lo que requiere creatividad y pensamiento humano. Además, puede ayudar en la educación, la sanidad o la lucha contra el cambio climático, si se usa bien.

Sin embargo, no todo son buenas noticias. Aparece la ansiedad de no saber adaptarse, la desigualdad en el acceso a la tecnología y el riesgo de perder empleos tradicionales. Muchos sienten que hay demasiadas opciones, y no saben por dónde empezar.

El presidente de Singapur recordó que, si queremos convivir con estos cambios, tenemos que cambiar también cómo educamos y preparamos a las personas, desde la infancia hasta la formación profesional.

La IA ha llegado para quedarse. El reto está en que nadie se quede atrás.

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